Ma. Verónica Martínez Aviña
Tan solo eran cuatro años,
sorprendiste a las paredes y puertas
sollozos suspiros incesantes.
Desde entonces,
has pasado dos etapas
unas claras y otras grises.
Mas en esta tercera vives
con una mirada mitad profunda
y desciende el cristal del agua.
Siente en tu rostro y tus manos
la dualidad del aire y el fuego
toma un tintero y escribe en la tierra
en cada amanecer
de Ti los mejores recuerdos.