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Crónicas de Cine – Interestelar
Dirigida por Christopher Nolan, “Interestelar” es la versión del siglo XXI de “2001”, una de las más grandes obras del famoso director Stanley Kubrick.
Una buena historia de ciencia ficción, con buenas actuaciones, magníficos efectos especiales y con un guión que mantiene el interés del espectador durante las casi tres horas que dura, “Interestelar” confirma que Christopher Nolan, el director inglés de la trilogía de Batman y de “El Origen”, es un maestro en el arte de contar historias visuales, sin importar la complejidad de los temas.
Si Kubrick con “2001”, basada en la obra maestra de Arthur C. Clarke, en su época dejó a muchas personas preguntándose qué quería decir con las impactantes imágenes que el astronauta Dave Bowman visualizaba al entrar al monolito que orbitaba sobre Júpiter, Nolan toma un enfoque mucho más directo y se toma el tiempo de mostrarnos qué hay más allá del “horizonte de eventos” de un agujero negro (Gargantúa) que es el gran protagonista de la historia. Pero son innegables los paralelismos con Kubrick.
Algunos autores de teorías de conspiración insisten en que Kubrick fue el encargado de crear un elaborado montaje cinematográfico para hacer creer a todo el mundo que las misiones Apolo de la NASA llegaron a la luna, y que Kubrick intentó confesarlo usando varios recursos que plasmó en “El Resplandor” (basada en la novela de Stephen King quien, por cierto, hasta este día no perdona a Kubrick por contar una historia “diferente” a la que escribió). Pues bien, Nolan hace un homenaje a esa teoría (como si se tratara de un reconocimiento a Kubrick) al inicio de la película y, a partir de ello, comienza a relatar la suya.
Mathew McConaughey (Cooper) es uno de los últimos astronautas de la NASA en una Tierra que está viviendo sus últimos momentos. Viudo, con dos hijos a quienes ha educado junto con su suegro, sobrevive como un ingeniero agricultor. Nolan utiliza el recurso que muchos autores famosos recomiendan mientras cuentan una historia: no es necesario presentar el motivo por el cual las cosas son como son, pero sí se encarga de hacer evidente cómo nuestro planeta va lentamente dirigiéndose al desastre ecológico, sin salvación a la vista. Pero la NASA, auspiciada por una alianza multinacional, busca preservar la raza humana en otra galaxia y ha ensamblado un grupo de astronautas cuya misión es elegir aquél que presente la mejor opción de supervivencia. Cooper es el líder de la misión y de los resultados que presente dependerá la decisión última para que la raza humana no se extinga.
Con las actuaciones de Michael Caine, Anne Hathaway, Jessica Chastain, entre otros, y con una intensa (aunque breve) actuación de Matt Damon, Nolan logra atraparnos en una historia de amor entre un padre y su hija, separados por el espacio y el tiempo, pero íntimamente ligados por la gravedad y en cuyas manos descansa el futuro del mundo, como descubrimos en los momentos finales.
Similar a su película “El Origen” (Inception), Nolan nos presenta conceptos que parecen difíciles de comprender pero que, conforme avanza la película, contribuyen a aumentar el interés a pesar de ser tan complejos. La riqueza de las imágenes, de los detalles, y de los mundos que crea y nos presenta a través de su lente, tan solo confirman que estamos en la presencia de uno de los mejores directores actuales, con la suficiente capacidad de transportarnos a su visión, a su creación, con recursos cinematográficos de primer nivel.
Tratándose de una película de ciencia ficción y que la acción se desarrolla en el espacio, es imposible no traer a la mente “Gravedad”, la reconocida obra de Alfonso Cuarón que se llevó el Oscar el año pasado, y comparar sus estilos visuales: Nolan es altamente detallista en sus escenarios, mientras Cuarón es muy detallista en su técnica. Ambos logran llevarnos de la mano a conocer el espacio como ellos lo interpretan…y nos logran transmitir la emoción de vivir en él.
Interestelar dejará satisfechos a todos los cinéfilos que apreciamos historias que nos permiten soñar con lo que hay más allá de las fronteras impuestas por la gravedad terrestre. Cumple perfectamente su contenido de entretener, de hacernos platicar después de haberla disfrutado y, como bono, nos hace preguntarnos si lo que sucede en la pantalla no es acaso un atisbo al mañana, si en realidad estamos solos en el universo, y si nuestra raza está lista para explorarlo.
Gerardo Saviola
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