Un Libro Inolvidable

By on septiembre 17, 2017

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Un Libro Inolvidable

Una mañana de marzo de este año 2016, una sorpresiva llamada telefónica del Abog. Carlos Barrera Jure despertó mi curiosidad sobre el tema que deseaba platicáramos. Mi primera impresión, dada su preparación profesional, fue que seguramente vendría a hablar conmigo de algún problema legal que o no tenía en mente o estaba en referencia con algún integrante de la familia. Ni lo uno ni lo otro. Carlos – y lo tuteo por ser de menor edad que yo – estaba enterado de la impresión de mi libro “Mérida de Yucatán hace 50 años. Retrospectiva.” que había sido presentado públicamente días antes en la Casa de la Historia de la Educación en Yucatán. La cita fue acordada, y pocos días después estábamos reunidos en el salón comedor de mi casa-museo – a la cual llamo así por su contenido de piezas antiguas, óleos, fotografías y libros, muchos libros, que he leído y atesorado a lo largo de mi vida.

Dedicarle un ejemplar fue una cortesía obligada a un lector potencial que mostró interés en la obra de este escritor amateur. A cambio, él tuvo la amabilidad de poner en mis manos un ejemplar equivalente de reciente edición, tamaño oficio, con cubierta de eurokote plastilizada, a todo color, fotografías de familia en portada y contraportada, y una dedicatoria retadora: “Para Don Luis Alvarado Alonzo, con afecto y por los recuerdos, esperando que abra este libro con expectación y lo cierre con provecho. Mérida, marzo 7/16. Carlos R. Barrera Jure.” Y así lo hice, siguiendo la instrucción, dando inicio a la lectura del libro citado, de 124 páginas, salido de las prensas de Editorial Minaya.

El autor y protagonista, Dn. Raúl Emiliano Lara Baqueiro, con su prosa accesible, sencilla, nos habla en él de las dulces convivencias familiares, haciendo apología de un pasado admirable que marcó espíritus y dejó huella imperecedera en varias generaciones.

Cierto es que las poblaciones de su niñez, Hopelchén y Dzibalchén, y los apellidos Lara y Baqueiro no me eran extraños dado que en la región de los Chenes se alojaron familias de mis maestros formadores – Don Humberto Lara y Lara, y Don Oswaldo Baqueiro López, personajes de las letras y el periodismo peninsular, inolvidables por su calidad humana y visión de justicia social.

DON RAÚL EMILIANO LARA BAQUEIRO nos lleva de la mano y pensamiento a revivir experiencias del pasado, tiempos y costumbres, en narraciones vívidas, sencillas, que nos trasladan a tiempos y lugares que, aunque no fueron conocidas por mí en los hechos y tiempos relatados, atrapan nuestros sentimientos, imaginación y atención continua, que no puede apartarse de las narraciones de poblaciones y lugares, edificios antiguos, costumbres, travesuras y hechos significativos, así como la vida familiar y social de las dos comunidades cuya historia queda atrapada, para bien, en los recuerdos escritos del narrador.

Prolijo en la narración, Don Raúl Emiliano nos envuelve sin remedio en los escenarios, las acciones, los detalles que con su mente fotográfica congeló con pluralidad de momentos, situaciones y personajes, vestidos con los alegres colores de las palabras del narrador, y actuando en espacios vitales, escaleras, rincones, edificios, patios y sitios de trabajo desde donde nos trasmite las costumbres, de una época añorada por quienes nos identificamos con ella.

Son destacables sus referencias al pozo comunitario, su uso como eje de la vida social y del “carrillo” que los yucatecos peninsulares bien conocemos, y los grandes diccionarios de la lengua española aún no registran.

La costumbre de “arreglarse” cuando se va a salir de visita, el inventario frutícola de los huertos, sus sistemas de riego, la adquisición infantil y la degustación de sandías, las múltiples travesuras, la ingesta de dulces caseros, las comunicaciones, la hierra de ganado y el montar a caballo, llenan páginas de pleno disfrute literario.

La presencia de la actividad chiclera, los medios de transporte en uso, las tiendas y su operación como ejes de la vida económica local, son plasmados en textos tan frescos como el aire precursor de la lluvia o aguaceros y el aroma de la tierra mojada, tierra agradecida por el beso del agua generosa.

El libro de Don Raúl Emiliano Lara Baqueiro es para varias lecturas, no solo una. Es un deleite recorrer con él las experiencias vividas. Todas ellas son registros de una mente observadora, de un espíritu recolector de vivencias valiosas e irrepetibles.

Él escribió sus experiencias en años precedentes a su traslado familiar a Mérida, donde la ciudad de entonces lo deslumbra y atrae su atención por sus avances tecnológicos urbanos como el cinematógrafo.

Por ese entonces, las familias de todos los niveles y clases sociales consideraban que sus hijos merecían vivir mejor, tener un futuro asegurado, y que solamente podrían lograrlo como profesionales universitarios. La idea aún pervive en el contexto de este mundo conflictivo que compartimos ahora.

Honestamente, es justo reconocer que en muchísimos aspectos de convivencia, respeto, crecimiento armónico de la sociedad de clase media a que pertenecemos, cualquier tiempo pasado fue mejor, porque las familias mantenían mayor unidad interna.

Enhorabuena por este libro que se suma al acervo de los textos recomendables para lectura, con mensaje, que se han escrito en Yucatán.

Agradezco al Abog. Carlos Barrera Jure tan agradable atención.

Luis Alvarado Alonzo

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