Super Tazón LII

By on febrero 1, 2018

Perspectiva

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“Si las miradas pudieran matar,

probablemente lo harían en los juegos sin fronteras, guerra sin lágrimas…”

Games Without Frontiers, Peter Gabriel

Este domingo 4 de febrero se juega el quincuagésimo segundo super tazón de la NFL en Minneapolis, Minnesota, en los Estados Unidos. Los actuales campeones, Patriotas de Nueva Inglaterra, también campeones de la Conferencia Americana, se enfrentarán a los retadores, las Águilas de Filadelfia, campeones de la Conferencia Nacional, equipo que tuvo el mejor récord de ganados y perdidos en la temporada regular.

Después de lo mal que me fue con mis pronósticos en las finales de Conferencia –le fui a los Jaguares de Jacksonville y a los Vikingos de Minnesota, y ninguno de ellos tuvo los tamaños para llegar a la final–, y puesto que ninguno de los dos finalistas es de mi total agrado, no puedo decir que tengo un favorito; como fanático del deporte de las tacleadas que soy, aun así aventaré mi pronóstico al final de esta aportación, para que quede registro y mis amistades puedan burlarse de mí si nuevamente quedo lejos del resultado final.

Los Patriotas llegan después de sufrir ante los Jaguares, en lo que fue el marcador más cerrado de las finales de Conferencia. Fiel a su guion, el monje Bill Belichick, al perder a quien presumiblemente era su arma principal – el ala cerrada Rob Gronkowski–, habilitó a un jugador de la chistera, y Danny Amendola dio el juego de su vida, arrebatándole a Jacksonville la oportunidad y, de paso, demostrando que el retorcido colmillo del entrenador en jefe de los Patriotas ha sido recientemente lustrado.

Por su parte, al menos en lo que a mí concierne, el entrenador en jefe de las ÁguilasDoug Pederson– creció enormemente ante mis ojos: preparó de tal manera a su equipo ante los Vikingos, diseñando todo un esquema que los atacó inmisericordemente tanto a la ofensiva como a la defensiva, que prácticamente los borró del campo durante todo el partido. Las Águilas están ilusionadísimas: jamás han ganado un super tazón, y tampoco habían llegado a este juego final con el potencial que el equipo ha demostrado.

El fútbol americano, como todo en la vida, requiere fortaleza (mental y física), preparación, dedicación, y mucha disciplina. Belichick lleva ventaja a Pederson: ha entrenado a los Patriotas durante 18 años, volviéndolos campeones de conferencia 8 veces, y ganando cinco super tazones con ellos; Pederson es el décimo octavo entrenador en jefe que en menos de dos años en ese puesto ha llevado a su equipo al super tazón, siete de ellos lo ganaron.

¿Será que las cinco victorias en super tazones de Tom Brady superen los esfuerzos y preparación de Nick Foles, los mariscales de campo de ambos equipos, que muy bien pudieran reflejar a sus respectivos entrenadores en cuanto a experiencia? ¿Será que la maldición de las Águilas –ahogarse cuando se ve la otra orilla– los continúe persiguiendo como le pasó a Ron Jaworski frente a Jim Plunkett en el super tazón XV? ¿Será que la telenovela de Brady con Belichick llegue a un triste final? ¿Quién preparará mejor a su equipo y podrá superar las contingencias que sucedan durante el encuentro? ¿Estarán suficientemente concentrados Matt Patricia y Josh McDaniels, coordinadores defensivo y ofensivo, respectivamente, de los Patriotas, o ya estarán pensando en los equipos que ellos comandarán en breve, los Leones de Detroit y los Potros de Indianápolis?

Desde esta perspectiva, veo un juego muy equilibrado en el que tal vez lo que incline la balanza sea el hecho de que muchos de los jugadores y entrenadores de los Patriotas han jugado super tazones con anterioridad y, por lo tanto, saben a qué atenerse, saben que se lucha hasta el último segundo, como lo demostraron sus victorias ante los Halcones Marinos de Seattle en el super tazón XLIX, y la histórica remontada en el marcador en el super tazón LI ante los Halcones de Atlanta.

A pesar de lo anterior, ante mi antipatía hacia ambos equipos, siempre he apoyado a aquellos que están en desventaja en estos enfrentamientos, como si se tratara de una moderna puesta en escena del duelo entre David y Goliat. En este caso, entonces, le voy a las Águilas.

Así pues, disfrutemos el juego entre estos dos grandes y poderosos equipos, y también veamos qué sorpresa nos traerá Justin Timberlake con su espectáculo al medio tiempo.

S. Alvarado D.

sergio.alvarado.diaz@hotmail.com

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