Sólo contra el mañana

By on mayo 17, 2018

Fernando A Gonzalez - Sólo contra el mañana_1

Fernando A. González

Existen épocas en que todo se vuelve turbio, negro como una obscura cueva, difícil; cuando el destino nos da la espalda. Saturno, acompañado del dios Marte, da rienda suelta a su ira y nos disciplina, nos fustiga con su látigo. ¡Todo lo destruye y extermina!

En la escuela de la adversidad, los enemigos brotan por doquier; contendientes aparecen sin ser llamados, como si esperasen mi llegada. Una época en verdad difícil. Se vuelve arduo alcanzar cualquier meta u objetivo. Es como la metáfora de lo que sucede en la vida. Como el castigo a Prometeo.

Un día recordé un antiguo escrito chino versado sobre la guerra. En un día cualquiera, tomé decisiones para sobrevivir en el trabajo, en las relaciones sentimentales, amorosas, en el modo de conducirme y hacer las cosas. En la contienda de la vida cotidiana, Sun Tzu recomienda ganar la batalla antes de luchar, informarse sobre las opciones a elegir, los recursos a disposición y las circunstancias; no permitir que las emociones, sentimientos, nos impulsen a tomar decisiones

Al principio era como la obscuridad de la noche. No fue fácil, pero al tiempo noté las ventajas de llegar con la victoria de antemano. Pensé en los pasos a seguir y actué en consecuencia. Las personas, cuando se sienten seguras y cómodas, bajan la guardia. Si quería vencer al enemigo, sobresalir en el trabajo, lograr lo imposible por la oposición de los demás, la respuesta de Sun Tzu era ¡la sorpresa! Actuar de un modo en que los demás se sientan cómodos. Moverse velozmente para superarlos. Ser sigiloso como un felino. Estar preparado. ¡Velocidad, esencia de la guerra! Tomar ventaja de la poca preparación del adversario; viajar por lo inesperado y actuar donde no se tomó ninguna precaución. Ser impredecible.

Actuaba a mi favor cuando menos lo esperaban. Me adelantaba a sus planes. Sin combatir; esa la mejor manera de ganar un conflicto: sin combatir. Destruir la resistencia del enemigo. Lograrlo es como una palabra emitida en el momento justo, un acto de buena voluntad. La magia está en las palabras, en el pensamiento, una manera de crear algo a partir de pensamientos e ideas. Elegir las palabras, juntarlas, y crear un resultado: un poema, este cuento, superar el conflicto.

Las palabras nos abren las puertas a un mundo: ¡el nuestro!

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