Se repite la historia: Capitalismo vs. Comunismo

By on junio 21, 2018

Editorial

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Dos colosos mundiales de esta era, China y los Estados Unidos, a iniciativa de la potencia norteamericana, han entrado en conflicto arancelario por la pretensión norteamericana de prevalecer económicamente por encima de un país, en este caso de China, que ya no es el débil estado de hace unas centurias, cuando otros países manejaban la economía e imponían sus leyes.

La evolución del pensamiento socialista y la asunción por los gobiernos chinos de la doctrina comunista crean hoy nuevas realidades que nos ponen a la vista y hablan de la fortaleza, buena organización de la economía en ese país, y una firme disciplina que les ha permitido, aplicando la ley con dureza, avanzar consistentemente en la búsqueda de soluciones a una población históricamente creciente.

Los antecedentes históricos de China registran la obligada construcción de una muralla de 21,200 kilómetros para proteger sus espacios y modo de vida desde hace siglos, algo similar a lo que pretende ahora el locuaz gobernante norteamericano con su pretensión de construir un muro de 3,170 kilómetros, con suficiente grosor y altura para coartar el ingreso de inmigrantes, olvidando que su origen como país fue precisamente a base de la inmigración.

Las murallas, los muros, no evitan otrora como ahora la presencia de problemas y sus pretendidas soluciones antiguas o modernas. Otrora, los chinos padecieron la guerra del opio y sus consecuencias. La actitud china actual mantiene la prohibición de consumo y el castigo a los narcotraficantes es la pena de muerte por fusilamiento, en tanto que en los Estados Unidos el vicio es moda permanente, se inventan nuevas drogas y los traficantes del mundo hallan en ese país la meca de sus riquezas y actividades ilegales.

Otro caso ejemplar en el tema de socialismo y capitalismo fue el de la potencia rusa, conocida como la U.R.S.S., que vivió en su territorio dos guerras mundiales que destruyeron su territorio, cimientos sociales, económicos, políticos y culturales.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, para aislarse construyeron el famoso Muro de Berlín, de 165 kilómetros, cuya demolición recibió el aplauso mundial y fortaleció la presencia y potencialidad de la otrora Unión Soviética, ahora Rusia, a nivel mundial con su estructura socialista evolucionada que la ha convertido en una potencia reconocida.

La disciplina y formación cívica y política del pueblo ruso, que es mezcla de muchas sangres regionales, después de muchos años de sufrimiento y trabajo continuo han logrado la estabilidad, la reorganización, el orden y el progreso creciente de su población, reconocida mundialmente como disciplinada y productiva, capaz de un avance continuo y sostenido.

En cambio, en los Estados Unidos la visión es de crisis. Sus gobiernos nos permiten visualizar un caos social interno por problemas, conflictos e injusticias de su sistema y la incongruencia de que, ostentándose como el país más rico del mundo, dominado por los amos mundiales de las finanzas, continúan padeciendo crisis periódicas y hechos violentos internos, dramáticos, consecuencia de un desorden orgánico y un libertinaje –que no libertad– presente y observable en muchos de los ámbitos de la vida actual.

Pretender en estos tiempos que varios países considerados potencias mundiales paguen aranceles prohibitivos por comerciar con los Estados Unidos es un error de dirección que se está revirtiendo en contra del otrora coloso de las libertades, hoy sacrificadas una a una por las ambiciones de poder de grupos políticos facciosos que, con su creciente ambición, adelantan el recorrido de su país al precipicio de la implosión de sus intereses nacionales.

El mundo observa el crecimiento ordenado del socialismo que ha contribuido a la aparición y consolidación de Rusia y China como potencias mundiales que crecen en orden y paz interna.

En Estados Unidos, el capitalismo tradicional enfila hacia el ocaso, diseñado por la mentalidad insensible de un partido gobernante y su ejecutor político, conflictivo tanto hacia el interior como hacia el exterior de ese país.

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