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Los Mayas, Pueblo Culto, “Siempre fueron Pacíficos” (“Controlados”)
UN MITO CREADO POR OCCIDENTE
Por edgar rodríguez cimé
Desde que tuve uso de razón (es un decir) supe que “los mayas son un pueblo pacífico”. Más adelante, ya con las lecturas especializadas en “cultura maya” aprendí que venimos de “una de las civilizaciones nativas más desarrolladas en la ciencia y el arte”, al grado de considerar al pueblo maya antiguo como “una de las cinco cunas de la humanidad”, por lo cual ingenuamente “equiparaba” su Alta Cultura con su “naturaleza pacífica”.
El tremendo desarrollo de sus ciencias y sus artes, que hicieron de ellos grandes astrónomos, ecólogos, urbanistas, arquitectos, médicos, poetas, pintores o escultores, generó un pensamiento “occidental” generalizado acerca de su naturaleza como un pueblo “pacífico”, alejado del concepto beligerante de la guerra.
Grave error, a pesar de sus enormes avances en el estudio del universo y el tiempo, gracias al descubrimiento del Cero que potenció sus matemáticas con base vigesimal, los mayas siempre fueron una sociedad guerrera que tardó más tiempo en ser conquistado y controlado políticamente por los dzules (blancos) invasores que otros pueblos originarios de Méjico.
Mientras al reino de España le llevó menos de dos años la conquista del Anáhuac y la derrota del “mejor ejército de Méjico», el mexica, para conseguir el sometimiento de los fieros guerreros mayas se necesitaron tres campañas militares y más de dos décadas; y aun así, durante los siglos XVI y XVII la zona controlada nunca fue total, pues si bien en el oriente llegaba hasta Valladolid, en el centro terminaba hasta los pueblos limítrofes de Maní, Sotuta o Cochuá, al grado de existir una gran región libre que colindaba con las tierras altas de Guatemala.
Asimismo, el libro “La profecía Canek en Cisteil”, del Doctor en Historia Pedro Bracamonte y Sosa, editado por el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), deja muy claro que, debido a la permanencia de las ideas del tiempo cíclico que envolvía las profecías katúnicas del “retorno de un hombre dios para liberar al pueblo maya”, existieron varios “canekes” rebeldes, anteriores a la gesta liderada por Jacinto Uc, en 1761.
Asimismo, este autor interpreta los resultados de la fallida rebelión de Jacinto Uc en Cisteil en el sentido no de una “derrota militar”, sino de una “victoria cultural” al considerar que, a pesar de los cerca de 500 muertos en combate, y del arrasamiento del poblado que fue quemado y rociado con sal, se consiguió mantener la continuidad del pensamiento de un “tiempo cíclico” y de las “profecías katúnicas” que llevaron a que en 1848 se diera un nuevo levantamiento rebelde en la guerra social maya de 1848-1901.
Nos comenta el periodista Francisco Verdayes Ortiz, como sedimento de la rebeldía maya yucateca de la “guerra de castas”, que todavía en enero de 1959 los mayas de Quintana Roo, acantonados en el último poblado rebelde: Chan Santa Cruz X báalam Nah, hoy municipio de Felipe Carrillo Puerto, “expulsaron al gobernador Margarito Ramírez Miranda, quien salió huyendo. Luego de 14 años de gobierno corrupto, el último jefe militar maya yucateco, General Francisco May, le dio 24 horas para salir vivo del territorio.”
Este es el pueblo maya: soportó guerras fratricidas, luego invasiones, primero del centro del país y después del reino de España, y posteriormente colonialismo, explotación, racismo y otra guerra social contra los dzules, y vio llegar la modernidad en que Occidente le habla en español e inglés, pero continúa resistiendo culturalmente en su idioma ancestral: el maya yucateco.
edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx
colectivo cultural “Felipa Poot Tzuc”
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