“Los justos y las sogas”, de Albert Camus, en el Teatro Daniel Ayala

By on agosto 10, 2017

 

Albert Camus (1913 - 1960)

Albert Camus (1913 – 1960)

“Los justos y las sogas”, de Albert Camus, en el Teatro Daniel Ayala

En excelente adaptación de Enrique Cascante

Al checar el programa completo de la Muestra Estatal de Teatro “Wilberto Cantón 2017”, inmediatamente elegí una obra por dos poderosas razones: se basaba en el trabajo interesante de un autor clásico y, la otra, estaba comandada por uno de los directores más irreverentes. “Los justos y las sogas”, de Albert Camus, en adaptación de Enrique Cascante, en el teatro Daniel Ayala, el jueves 3 de agosto de 2017, a las 20:00 horas.

Asimismo, considerando mi naturaleza anti social que me lleva a no salir de casa después de llegar de la chamba, también pensé en aprovechar la ida al teatro Daniel Ayala, ayer cine Principal, para llevarle un ejemplar de mi libro de cuentos No tengo tiempo de cambiar mi vida (en homenaje al trovador iconoclasta Rockdrigo González) a mi amigo Enrique.

Luego de la “primera llamada”, coincidiendo con la llegada de tres figuras señeras del teatro en Yucatán: la directora Nancy Roche, junto con las actrices Conchi idem y Eglé Mendiburu, me apersoné a uno de los edecanes para solicitarle el favor de hacerle llegar al director de la obra el libro mencionado hasta su camerino. El joven se portó a la altura de las circunstancias y se comprometió a enviarlo apenas comenzara la obra.

Y se levantó el telón para que surgiera un colectivo anarco-terrorista para mostrarnos su plan: asesinar violentamente, con la explosión de una bomba casera, al ex gobernador para “acabar de una vez con el nepotismo clásico de los tiranos en el gobierno” y proponer “una sociedad más igualitaria” para todo el pueblo.

Sin embargo, al momento de llevar a cabo la encomienda ordenada por la “organización”, algo falla, lo cual evita el cumplimiento del plan: en el carruaje del ex gobernador viajan también su esposa y dos niños, lo que -al parecer, increíblemente, saca a relucir la cosmovisión del encargado de tirar la bomba para acabar con el político.

Ese desacuerdo entre un “terrorismo revolucionario”, representado por el radical Stephan, y un método de lucha violento, pero que “respeta la vida de los niños inocentes”, se vuelve el leitmotiv de la obra entre “el encargado de lanzarle la bomba al ex gobernador” y el insensible anarquista.

El desarrollo de la trama igual saca a relucir los miedos del “joven revolucionario” que tiembla en el momento decisivo, el valor y la sabiduría de Dora, o las contradicciones del coordinador del colectivo anarquista. Finalmente, la orden de matar al político es cumplida, lo que conlleva a la horca del revolucionario “justiciero”.

Independientemente de la tensión dramática y la explosividad entre los miembros del colectivo revolucionario radical, bien representados por el cuadro de actores, deseo felicitar el buen trabajo tanto de Stephan como de Dora y el mismo ¿Gocha?, excelentemente actuado, salvo por el error en un parlamento final, por el músico y actor Emiliano Buenfil (¡saludos!), así como extender la felicitación al “preso barrendero” Santos Pisté (con quien estudié la preparatoria).

Finalmente, un abrazo camaraderil al director Enrique Cascante por su ingenio para plantearnos un paralelismo entre las injusticias propias de la obra de Camus y la desastrosa realidad mejicana, mediante el recuerdo de dos momentos trágicos en la vida política nacional: el 2 de Octubre de 1968 y la desaparición de los 43 futuros profesores de la normal de Ayotzinapa, expresados en unos bloques en el piso, así como por su fina sensibilidad para elegir y dirigir obras que nos conmueven y nos ponen a pensar en conceptos como “revolución”, “justicia”, o “radicalismo”.

edgar rodríguez cimé

edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx

colectivo cultural “Felipa Poot Tzuc”

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