La Rebelión de las Masas

By on mayo 3, 2018

Editorial

Mártires de Río Blanco, México.

Mártires de Río Blanco, México.

Hace ochenta y nueve años, la percepción, observaciones y capacidad de análisis de uno de los grandes escritores españoles, José Ortega y Gasset, previno la aparición del ser humano convertido en materia, más que en organismo pensante: el hombre-masa. Este ser conceptual –publicitado en la prensa de su época y luego aglutinado en un libro de lectura obligada– es, por su contenido temático y orientado a la reflexión, merecedor de ser releído en los tiempos actuales en los que, al parecer, los valores acumulados desaparecen y retorna el individuo amorfo que accede a terrenos otrora vedados a su presencia, en los que su sumatoria causa desconcierto como masa por su número, y luego temor, por su creciente presencia en todos los aspectos de la vida cotidiana, pero mucho más en los niveles políticos y de protesta.

La rebelión de las masas, brillantemente escrita y descrita por Ortega y Gasset, es una amenaza cierta para las élites económicas, políticas y sociales, y constituye seria preocupación para quienes han hecho de la prevalencia y presunción de sus status de vida privilegiados cotos de poder, pero que no son aptos en los hechos para reducir o desaparecer la rebelión de tales masas que por estos momentos, por lo menos en México, se estima creciente e indetenible.

Las masas pueden no saber temporalmente hacia dónde dirigirse o encauzarse pero, ciertamente, su orientación no enfoca hacia el otorgamiento de aplausos y reconocimientos al establishment.

Ese hecho, en un año trascendente políticamente en sus características, ha prendido focos rojos en los centros financieros, empresariales, noticiosos, ejecutivos y políticos, nacionales e internacionales.

Los actuales poderes establecidos han venido recurriendo al uso de los medios a su alcance y disposición para acallar esa problemática de las masas. Se ha llegado al uso y abuso de la fuerza pública en las calles, hay creciente número de desapariciones, concesión de mendrugos salariales, intento de convencimiento o disuasión usando las redes sociales, leyes facilitadoras de subsidios disfrazados a medios de comunicación masiva, iniciativas legislativas de posible aprobación para procesar abusos, impunidad e ilegalidades, cancelación de fueros, etc., etc.

Mas nada detiene esa ola de rechazo ciudadano ante un enorme acumulado de agravios que ha sido impuesto desde los bunkers existentes de los centros de poder.

Como en los prolegómenos de la Revolución Francesa o la Rusa, las masas van tomando las calles, llenando los espacios públicos con sus protestas. En carreteras, avenidas, plazas públicas ha quedado registrada su presencia e indignación. Su disponibilidad a la continua convocatoria de protestas públicas está abierta. Los agravios lo han hecho posible.

En el México de hoy, percibimos la visión de “LA REBELIÓN DE LAS MASAS” que hace 89 años nos describió con tanta claridad Don José Ortega y Gasset, y que aún estamos a tiempo de releer en sus textos para comprender el doloroso futuro que le espera a nuestro país.

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