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- Nelson Camacho
- José Ruiz Elcoro
- Siempre la sonrisa de Lucy
- Félix Guerrero, Batuta de Oro
- Jesús Gómez Cairo (+)
- Kiko Mendive
- Nicolás Guillén, Poeta Nacional de Cuba
- La revolución que quiso ser – IX
- Luna, Boleros y Son – II
- Luna, Boleros y Son
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- La revolución que quiso ser – VII
La Persona del Sueño (V)
V
Los huecus de los Ehuejcu
Al principio, los Ehuejcu no tenían huecos en sus cuerpos de oruga, pavo y otros animalitos que no recuerdo bien, pero seguro tú sí los recuerdas a todos ¿verdad? Ah, olvidé mencionarte: algunos incluso tenían un par de cuernitos redondeados en su cabeza, pero esos eran un tipo de Ehuejcu muy extraño, difíciles de ver.
Entonces, al principio no tenían huecos en sus cuerpos. ¿Cómo es que luego tenían huecos? Pues fue gracias a los primeros humanos.
Los primeros humanos sí conocieron a muchos Ehuejcu, revoloteando entre los árboles. En lugar de sólo contemplarlos, se les ocurrió hacer un concurso de destreza y puntería, siendo los extraños animalitos sus blancos, que para ese entonces tenían el tamaño de la palma de una mano. Claro, los concursos duraron varios años, sobre todo porque al atravesar con tiros de cerbatana el cuerpo de los Ehuejcu, éstos seguían vivos, pero el hueco se les quedaba para siempre.
Los salvó que su cuerpo era algo así como la plastilina, eso se piensa. Ahora no hay forma de confirmarlo porque, con el paso del tiempo y para evitar las cerbatanas, los Ehuejcu se fueron haciendo del tamaño de la uña meñique. Así era imposible atinarles con las armas humanas. Sin embargo, los huecos de sus cuerpos siguieron presentes en cada nuevo Ehuejcu que iba llegando al mundo.
Y sí: al final se volvieron huecus.
La persona del sueño
Primera parte. La voluntad
Un sastre y su amigo unicornio viajando en un barco – ¡Ayudando al amigo sastre! ¡Qué desastre! – Cuando los Ehuejcu se volvieron huecus – Los huecus de los Ehuejcu – Los huecus – Detectives por la mañana – Detectives por la tarde – Detectives por la noche – Polillita roja – El señor del monte – La persona del sueño sigue por aquí – El abuelo Genaro – Libélula y el nieto – El hechizo de borrar tu nombre – El viaje de la princesa – El libro de los nombres – El recuerdo de la princesa
Escrito e ilustrado por Rubén Camilo Solís Pacheco
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