La Literatura y La Música hoy

By on octubre 12, 2017

Perspectiva

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La Literatura y La Música hoy

“Así que no os preocupéis por el mañana,

el mañana se preocupará de sí mismo.”

Mateo 6:34

Hace unos días, mientras elegía qué libros adquirir en una tienda en línea, me di cuenta de algo que se está convirtiendo en una realidad para mí: la relación de libros a música que he comprado en los últimos años ha crecido inmensamente, o sea que, por cada CD, Blu-ray o DVD musical que adquiero he adquirido más de 10 libros. Por ejemplo, este año de 2017 ya ando cerca de los 30 libros leídos, he asistido a un número similar de funciones de cine, y el último CD que adquirí fue uno de John Mellencamp, hace ya unos tres meses.

Buscando en mi interior respuestas a esta tendencia que considero alarmante – fui melómano antes que bibliófilo, y mi biblioteca no alcanzó a competir durante mucho tiempo con mi fonoteca – me doy cuenta de que la música de nuestros días simplemente no me llega a satisfacer como la literatura de hoy. Voy más allá: mencionaba líneas arriba que mi última adquisición fue un CD de John Mellencamp, que no es precisamente un artista de las masas, sino que su música ha sido un gusto adquirido a lo largo de los años. El análisis me llevó a identificar las adquisiciones previas, y encuentro que fueron de artistas que conocí hace muchos años, y que ahora he estado tratando de conocer y adquirir el resto de su discografía.

¿Qué se puede inferir de lo anterior? Que la música que es de mi gusto ya no se produce, y que los artistas que me enseñaron a apreciar la maravilla de las melodías, de los ritmos, de la conjunción de los instrumentos musicales, están desapareciendo como consecuencia del indetenible transcurrir del tiempo. Hasta cierto punto, caigo en cuenta, algo similar he estado haciendo con los libros: he estado adquiriendo obras de autores que he aprendido a apreciar, también intentando completar su catálogo, y lo “nuevo” en realidad es una continuación de su obra. Sin embargo, también han aparecido noveles autores que han capturado mi atención, con incipientes trayectorias que me permitirían predecir que se harán longevos junto conmigo.

Mis grandes compañeros musicales se están despidiendo y trascienden a otras dimensiones. Quedan algunos, afortunadamente, y cada vez que lanzan material nuevo adquiero sus obras para convivir con ellos en esos mundos que hemos habitado a lo largo de estos años. ¿Ya se dieron cuenta de la cantidad de artistas de nuestros ayeres que ahora se encuentran de gira, apelando exitosamente a nuestra memoria musical? Esa es la manera que han encontrado para seguir viviendo de su arte, tal como indicaba Rush en The Spirit of the Radio: “las palabras de las ganancias están escritas en las paredes de los estudios de música: foros para conciertos.”

Y sin embargo…

A diferencia de lo que he visto que sucede con los noveles autores, la música en nuestros días de alguna manera no alcanza a imponerse como canon, y la carrera de muchos de sus artistas son más efímeras que el encendido de un cerillo. Abundan los artistas de “un solo éxito”, las nuevas generaciones no adquieren álbumes completos sino canciones específicas, y lo intrascendente de los ritmos y de las letras invitan a olvidarlas lo más pronto que se pueda, por sanidad mental.

Así pues, pretender que el padre Cronos detenga su paso es fútil, totalmente fuera de discusión, y la moraleja sigue siendo la misma que todos debemos llevar en mente día a día: disfruta cada momento, disfruta el aquí y ahora, que es lo único que tenemos a nuestro alcance. Pasando de lo banal a lo verdaderamente importante: escuchemos y leamos mientras podamos, lo que deseemos, prestando atención a la vida que transcurre a nuestro alrededor.

Desde esta perspectiva, seamos felices a pesar de todo, apreciemos lo que tenemos, que siempre habrá algo que nos hará falta y “cada día tiene bastante con su propio mal.”

S. Alvarado D.

sergio.alvarado.diaz@hotmail.com

 

 

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