Esa Tarde

By on febrero 15, 2018

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XXX

Todavía recuerdo

esa tarde sin charla

con los labios sellados

por un doble silencio.

Me miró melancólica

apoyando en mi pecho

su rendida cabeza,

presa ya de la angustia

de los pensamientos.

Tenía que dejarla

y marcharme muy lejos

sin timón y sin brújula,

como pluma en el viento.

No te aflijas, le dije

suavizando el acento;

siempre habré de quererte…

¡sabe Dios que esto es cierto!

Y aunque es clara la tarde,

ya la vela el misterio

y el minuto que pasa

es la sangre del tiempo.

Será triste la ausencia,

será triste el recuerdo

si las almas no saben

que han de hallarse en el cielo.

Alfredo Aguilar Alfaro

Continuará la próxima semana…

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