El Tren Maya

By on noviembre 15, 2018

Editorial

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Estos 24 y 28 de noviembre, al iniciarse la última semana del mes en curso, que encierra el simbolismo de cambios en el Poder Ejecutivo Nacional el sábado 1° de diciembre, tendrá lugar la anuencia de otra consulta nacional promovida por el Presidente Electo de México, Dn. Andrés Manuel López Obrador, sobre la opinión popular en relación a su proyecto, tentativamente aprobado, de dar inicio al magno propósito de integrar a varios estados de la Península de Yucatán en un proyecto detonador del turismo y el transporte en zonas no consideradas anteriormente para una comunicación ferroviaria de tal nivel.

Cierto es que había una línea calificada como Ferrocarril del Sureste pero, aunque ligaba sus líneas, no incluía terminales en o para Quintana Roo y, por tanto, no integraba a plenitud a la península yucateca.

La novedad ahora es que el enlace incluirá poblaciones importantes, enlazando además a grandes centros ceremoniales mayas como Chichén Itzá, Tulum, Xpujil, Calakmul y Palenque, vinculando cabeceras de cinco estados de la República, incluidos ahora en el proyecto por vía ferroviaria de manera integral.

El Tren Maya, utilizable durante el día para transporte de pasajeros y de noche para servicios de carga, refleja en las estimaciones de uso un sano movimiento de recursos humanos, mercancías y turismo extranjero. Las estimaciones de ingresos captados por esos conceptos amortizarían en plazo razonable las inversiones que en el proyecto se realicen.

El Estado de Quintana Roo, creado originalmente por razones políticas abarcando zonas despobladas, fue despojado de recursos naturales como miles de metros cúbicos de maderas preciosas, y también del chicle, que ahora ha sido suplantado por gomas masticables químicamente producidas, mas cuyo origen es maya. Ambas explotaciones fueron denunciadas a nivel mundial oportunamente.

Hoy, la visión es diferente. Se trata de integrar y compartir espacios e inversiones para impulsar el bienestar comunitario pluriestatal.

Para la inversión multimillonaria, grandes inversores internacionales, escudados en sus alianzas con el capitalismo nacional, ya han visto en el proyecto un momento anhelado por su apetito de extremas ganancias.

Ante esa y otras actitudes, el Presidente López Obrador, golpeado inmisericordemente desde todos los ángulos informativos en estos tiempos previos a su toma de posesión oficial, ha tomado las cosas con filosofía y madurez republicana. Sabe que treinta millones de mexicanos votaron por él y lo respaldan. Aun así, él prefiere consultar abiertamente a la ciudadanía, a sabiendas de que, como sea que actúe, recibirá críticas de los perdedores de las elecciones del 1° de julio de 2018, que sepultaron con treinta millones de votos la montaña de promesas incumplidas y las ofertas engañosas.

No cesan los vituperios. Se perciben miles de litros de bilis derramada, y son constantes los golpeteos en los medios de comunicación subsidiados por las fuerzas oscuras. El Presidente López Obrador, calmado, sabe que está a escasos días de asumir funciones y entonces……

Él visualiza la posibilidad de un nuevo país que viva en paz y concordia…

Sabe de la necesidad y urgencia de que la justicia sea aplicada sin salidas laterales o papeles inútiles…

El renacimiento de la fe en las instituciones nacionales, su rescate y reactivación para que cumplan los fines para el que fueron creadas, está apenas a unos días de distancia.

El pueblo espera, a partir el 1° de diciembre próximo, el ansiado amanecer de un nuevo destino de bienestar, paz, libertad, justicia y superación compartida por todos los mexicanos.

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