Cuatro Apólogos y Un Envío

By on mayo 10, 2018

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I

EL AGUILA Y EL GUSANO

 

Al águila caudal miró el gusano

cruzar espacios con potente vuelo

y, en su ruindad, el arador del suelo

su baba le escupió desde el pantano.

Su plumaje manchar pretendió en vano

cuando herida del rayo, su gemelo,

cayó un instante él águila del cielo,

para alzarse otra vez, junto al enano.

Hay en la vida, como dijo el bardo,

plumajes que no mancha la impudicia

ni rasga el diente fistular del cardo.

Y quien tiene la gracia del poseerlo,

sabe que es ley, que es fuerza y es justicia,

aplastar al reptil sin conocerlo.

Alfredo Aguilar Alfaro

Continuará la próxima semana…

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