Crónica de un Viaje Familiar por Portugal y España (XVII)

By on febrero 8, 2018

XVII

Santiago de Compostela

César Ramón González Rosado

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Llegamos a Santiago de Compostela el día 26 de mayo y, después de las maniobras pertinentes con el GPS para el arribo certero a nuestro lugar de alojamiento, el “Hotel Husa Ciudad de Compostela”, descansamos un rato y, sin perder más tiempo, nos encaminamos al Centro Histórico de esta legendaria ciudad. Es necesario, como en los casos anteriores, conocer un poco su historia para no vagar a ciegas sin comprender su devenir. Así que, te invito lector, a leer un breve resumen entresacado de la enciclopedia Wikipedia, con algunos aderezos del que escribe, con el único propósito de interiorizarnos sobre el objeto de nuestra visita.

Santiago de Compostela es una ciudad y municipio de España. Capital de la comunidad autónoma de Galicia, pertenece a la provincia de La Coruña.

Está situada a 65 kilómetros al sur de La Coruña y a 62 kilómetros al norte de Pontevedra. Incluye los antiguos municipios de Conjo (incorporado en 1925) y Enfesta (alrededor de 1970). La ciudad antigua es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1985.

En ella tiene su sede el gobierno autónomo gallego (Junta de Galicia) y el Parlamento. Destaca por ser un importante núcleo de peregrinación cristiana, junto con Jerusalén y Roma, al señalar la tradición de que allí se dio sepultura al Apóstol Santiago, llamado también San Santiago el Mayor, uno de los doce apóstoles de Jesucristo. Era hijo de Zebedeo y hermano de san Juan Evangelista (que era otro de los doce apóstoles). Los dos hermanos eran pescadores del mar de Galilea, donde los reclutó Jesucristo; desde entonces, Santiago formó parte del círculo más cercano al maestro.

Después de la crucifixión, se dedicó a predicar la nueva fe. Una tradición española no documentada supone que Santiago viajó a Hispania para predicar por encargo del propio Jesucristo, y que se le apareció la Virgen María en Zaragoza (en el lugar en donde luego se levantó la basílica del Pilar). Santiago murió decapitado durante las persecuciones contra los cristianos que realizó el rey de Judea, Herodes Agripa I (es el único apóstol cuyo martirio aparece recogido en los Hechos de los Apóstoles).

Según otra tradición medieval igualmente difícil de comprobar, su cuerpo llegó hasta Galicia y fue enterrado en el Campus Stellae; allí se erigió un templo en el siglo IX, hacia el cual se encaminaron las peregrinaciones del Camino de Santiago; y en torno al templo y a las peregrinaciones surgió la ciudad de Santiago de Compostela.

De especial importancia artística es su catedral, dedicada precisamente al Apóstol Santiago el Mayor. Es también relevante su Universidad, de más de 500 años de historia, la cual concede a la ciudad un agradable ambiente estudiantil, con 30.000 alumnos matriculados cada curso. Además, es el fin de la vía originariamente construida por el Imperio romano del camino de Santiago.

La historia de Santiago de Compostela se remonta a la prehistoria, la cultura castrela –de castro, aldea, campamento, últimas fases de los castros galaicos a partir de la llegada de Roma en la zona noroeste de España, Galicia-, la llegada de los romanos y, como punto de inflexión, el encuentro del enterramiento del Apóstol Santiago. A partir de ese momento, la ciudad se conformará en torno al centro de poder representado por el arzobispo de Santiago y su representación física, la Catedral. El Camino de Santiago marcó desde entonces el devenir de la ciudad.

En el territorio que actualmente ocupa la Catedral de Santiago existía un poblado romano que se tiende a identificar como la mansión romana de Aseconia, que existió entre la segunda mitad del siglo l y el siglo V. El poblado desapareció, pero permaneció una necrópolis reutilizada como cantera que estuvo en uso quizás hasta la época del Reino Suevo de Galicia, llegando hasta el siglo VII.

Los reyes asturianos comprendieron el peligro secesionista y utilizaron cuantos recursos tuvieron a la mano para impedirlo. En primer lugar, se arrogaron la genuina representación de la tradición goda en materia de religión y leyes con lo que aseguraron la unicidad del poder. En segundo lugar, nombraron a un heredero de sangre real, aunque segundón, para gobernar a Galicia. Pero la invención más genial es la creación de Compostela. Aprovechando la noticia del descubrimiento del cuerpo del Apóstol, el rey de Asturias funda a sus expensas una iglesia que rodeará de privilegios. En torno de la iglesia situará comunidades y fundará un pueblo que desde el principio goza de prerrogativas reales. El rey de Asturias logra un doble objetivo: encontrar un patrón para su causa, un Santiago caballero, matamoros -eran los tiempos de la reconquista para expulsar a los moros de España– y, al mismo tiempo, una ciudad fiel hasta el límite al rey asturiano, enclavada en el corazón de Galicia. Santiago será un brazo extendido del monarca asturiano en Galicia.

El nacimiento de Santiago como se conoce ahora está ligado al descubrimiento (presumible) de los restos del Apóstol Santiago entre el 620 y el 835.

Según una tradición medieval, el eremita Pelayo, alertado por luces nocturnas que se producían en el bosque de Libredón –no olvidemos que en ese lugar había un cementerio y que en estos lugares se producen luminiscencias por el calcio de los huesos-, avisó al obispo de Iria Flavia, Teodomiro, quien descubrió los restos de Santiago el Mayor y de dos de sus discípulos en el lugar en que posteriormente se levantaría Compostela, topónimo que podría venir de Campus Stellae (Campo de la Estrella), o más probablemente de Composita tella (tierras hermosas), eufemismo por cementerio. El descubrimiento propició que Alfonso ll, necesitado de cohesión interna y apoyo externo para su reino, hiciera un peregrinaje —anunciado en el interior de su reino y en el exterior— a un nuevo lugar de peregrinación de la cristiandad en un momento en que la importancia de Roma había decaído y Jerusalén no era accesible, al estar en poder de los musulmanes.

Santuario medieval

Poco a poco se fue desarrollando la ciudad. Primero se estableció una comunidad eclesiástica permanentemente dedicada al cuidado de los restos, formada por el obispo de Iria y los monjes de Antealtares, en la que espontáneamente se asentó un población heterogénea, aunque fundamentalmente formada por emigrantes procedentes de las aldeas próximas, que fue aumentando a medida que progresaba la peregrinación por razones religiosas por todo el Occidente peninsular, reforzada por el privilegio concedido en 915 por el que se establecía que cualquiera que permaneciera cuarenta días sin ser reclamado como siervo pasaba a ser considerado como hombre libre por Ordoño ll, con derecho a residir en Compostela. El primer habitante conocido de Compostela es, de hecho, un extranjero: Bretenaldo Franco, cuya mención más antigua corresponde al año 955.

El santuario fue adquiriendo relevancia política. De este modo, allí fueron coronados monarcas del Reino de Galicia y del Reino de León como Sancho Ordóñez; Ordoño IV, Sancho I o Bermudo II. La ciudad fue creciendo y Sisenando II la fortificó en el año 969, conformando lo que se conoció como Locus Sancti Iacobi. Dado el auge que estaba cobrando, la ciudad fue destruida por Almanzor el 10 de agosto del año 997; sólo respetó el sepulcro del apóstol. Al volver los habitantes, comenzó la reconstrucción y, a mediados del siglo XI, el obispo Cresconio dotó a la ciudad de un recinto de fosos y una nueva muralla sobre el antiguo anillo de empalizadas, para proteger los nuevos barrios que habían surgido alrededor del lugar. Además, reivindicó para ella la condición de Sede Apostólica.

El año 1075, el obispo Diego Peláez dio comienzo a la construcción de la catedral románica. El aumento del peregrinaje hace de Compostela un lugar de referencia religiosa en Europa, lo que aumenta su importancia, y la ciudad se ve recompensada también políticamente al alcanzar, en la época del arzobispo Diego Gelmírez, la categoría de metropolitana para la iglesia compostelana (1120). La autoridad de la Iglesia de Santiago se extendía sobre la mayor parte de las diócesis del naciente reino de Portugal y sobre la mayoría de las de León. Santiago era, además, centro de un gran señorío feudal gobernado por los obispos de Compostela, que iba desde el río Iso hasta el Atlántico. Desde Santiago se organizó la resistencia armada frente a las invasiones normandas, los cuales conocían al Reino de Galicia como Jakobsland (País de Santiago).

Un hecho importante, desde el punto de vista político, fue la coronación por Diego Gelmírez de Alfonso Raimúndez, el futuro Alfonso VII, en la catedral compostelana como rey de Galicia. Desde el punto de vista religioso, sin embargo, hay que resaltar la concesión del privilegio del Año Santo Jubilar Jacobeo mediante la bula Regis Aeterni del papa Alejandro III en 1181. Desde el punto de vista social, cabe mencionar el prematuro levantamiento burgués contra Gelmírez y la reina Urraca en 1117.

En estos años se redactó el Códice Calixtino, un conjunto de textos reunidos en los años finales del arzobispado de Gelmírez y que se presentaba como de la autoría del papa Calixto II, fuente fundamental de la historia de la peregrinación a la tumba del apóstol.

Código Calixtino.

Código Calixtino.

Una breve digresión a propósito de este Código Calixtino, considerado de incalculable valor histórico. Una lamentable noticia nos asaltó en esos días:

Desaparece de la catedral de Santiago de Compostela el Códice Calixtino. “SANTIAGO DE COMPOSTELA. 7 de julio de 2011. (EFE).- La Policía investiga la desaparición del manuscrito original del Códice Calixtino, que data del siglo XII y está considerado como la primera guía del Camino de Santiago, que se encontraba custodiado en el Archivo de la catedral de Santiago de Compostela (noroeste).
Un portavoz policial informó hoy a Efe que el libro, una de las joyas del patrimonio cultural de Galicia y guía inicial de la peregrinación, fue echado en falta por personal del Archivo el pasado martes.
Aunque por el momento no se tienen pistas sobre la autoría del robo, la Policía analiza las cámaras de seguridad de la catedral compostelana para tratar de hallar algún indicio, según la misma fuente.
El libro, sustraído de una cámara blindada del Archivo de la catedral, es el original y no la réplica que habitualmente se exhibe a turistas y visitantes, y sólo se mostraba en grandes ocasiones, la última vez a personal del Ministerio de Cultura. De incalculable valor histórico, el Códice Calixtino se atribuye al papa Calixto II, de ahí el nombre por el que es conocido, y tiene una gran importancia artística e histórica que surge de la necesidad de difundir la devoción por el apóstol Santiago en el siglo XII.

Pasados algunos meses se recuperó tan valioso documento.

Durante el arzobispado de Berenguel de Landoria, Santiago estuvo levantada en armas desde el año 1318, un levantamiento encabezado por el noble Afonso Suárez de Deza. La solución al conflicto se produjo en el denominado día de la Ira, el 16 de septiembre de 1320, cuando en el Castillo de la Rocha Forte se asesinó a los líderes de la revuelta. Tras los acontecimientos, el 27 de septiembre se firmó la paz.

Entre los siglos XII y XIII se fue articulando la red de calles dentro del recinto amurallado. La llegada de la peste negra a la ciudad supuso una fuerte recesión demográfica, que empezó a remontar a partir de 1380. En el siglo XV tenía entre 4000 y 5000 habitantes.

Edad Moderna

El cabildo compostelano, dirigido por el deán Diego de Muros III promovió obras de gran importancia con un carácter propio del humanismo, como el Hostal de los Reyes Católicos y el Estudio Viejo, germen de la futura universidad que fue fundada en 1495 por Lope Gómez de Marzoa. Este hecho y la labor del arzobispo Alonso III de Fonseca le dan un nuevo empuje a la atracción de Santiago, en particular en Galicia, a pesar del descenso relativo de la importancia de la ciudad.

Santiago fue sede de la Real Audiencia del Reino de Galicia desde 1508, pero la presión eclesiástica hizo que se trasladara a La Coruña en 1578. Las reformas del poder monacal marcaron el renacimiento de San Martiño Pinario y el Convento de San Paio de Antealtares, lo que contribuyó a dar ocasión a una intensa actividad constructiva.

A principios del siglo XVII se produce un periodo de decadencia en la ciudad. En su obra Annuales Eclesiásticos, el italiano Cesare Baronnio, confesor del papa Clemente VII, puso en tela de juicio la peregrinación del apóstol a Hispania. Este dato fue recogido en el Breviario Romano y produjo un grave daño a la ciudad de las peregrinaciones. El Cabildo Compostelano consiguió poco tiempo después que se modificase el Breviario, pero apareció una nueva dificultad: la Orden de los Carmelitas, en los años 1617 y 1626, promovió a Santa Teresa como copatrona de España, con las pérdidas económicas que conllevaba para Santiago. De nuevo el Cabildo logró, con la ayuda de importantes personalidades de la sociedad del momento, como Quevedo, devolver al apóstol la condición de único patrono de España.

Aún hubo un nuevo hecho similar, ya que en 1643 las Cortes proponen un nuevo copatrono de España, San Miguel Arcángel, pero esta propuesta tuvo corta vida ya que ese mismo año Felipe IV estableció a Santiago como único patrono de España y ordenó que, todos los 25 de julio, se hiciera una ofrenda regia de 1000 escudos de oro al arzobispado de Santiago, a la vez que concedió una gran pensión de 20 años para sufragar la realización de un retablo a su honra (que se comenzó a construir el año 1658). Estos hechos produjeron una bonanza económica que hizo posible costear nuevas construcciones y reformas que se multiplicaron por toda la ciudad, obras en las que se plasmó un estilo propio y al mismo tiempo universal, el barroco compostelano.

Esplendor barroco

La prosperidad del cabildo catedralicio y de los monasterios hizo de Santiago un centro artístico puntero. En un primer momento comenzaron a trabajar en el taller de la Catedral una serie de maestros de obras y arquitectos foráneos, como el madrileño José Vega y Verdugo, el portugués Francisco de Antas, el abulense José Peña de Toro, el cántabro Melchor de Velasco o el Arquitecto Real Pedro de la Torre.

En este taller y en el de San Martiño Pinario se formó un grupo de arquitectos gallegos que hacia el año 1670 tomaron las riendas de las obras que se estaban desarrollando en toda la ciudad. Figuras egregias como el compostelano Diego de Romay, Domingo de Andrade (torre del reloj), Fray Tomás Alonso, el leonés Fray Gabriel de Casas, Pedro de Monteagudo, Simón Rodríguez (fachada del Convento de Santa Clara), Castro Canseco (retablo de San Pelayo de Antealtares, Clemente Fernández Sarela (Casas del Cabildo y del Deán) o Fernando de Casas Novoa (fachada del Obradoiro) hicieron de Santiago un conjunto barroco de alto nivel a escala mundial. La magnificencia y las peculiaridades del estilo arquitectónico de estas personalidades hacen que se hable de barroco compostelano. El arzobispo mecenas por excelencia fue Fray Antonio de Monroy.

Santiago en este periodo se convierte en refugio de los exiliados irlandeses que reclaman acogida y centros de formación como el Colegio de los Irlandeses.

Santiago hasta la actualidad

Dada la fuerza de la Iglesia, surgieron iniciativas ilustradas como la Sociedad Económica de Amigos del País. Pero tras la ocupación francesa y el hito del Batallón literario contra la ocupación, Santiago se transforma en un baluarte carlista. La Iglesia de Santiago anhela restaurar un Reino de Galicia tradicionalista dentro de una monarquía española de acuerdo con los parámetros del Antiguo Régimen.

En Santiago nació el primer periódico gallego: El Catón Compostelano en 1800. Avanzado el siglo XIX existen fábricas de tipo artesanal de curtidos, chocolate y gaseosas. Pero la lucha contra el inmovilismo se verá frenada por el retraso de las vías férreas (no hay tren a la Coruña hasta 1943).

En el siglo XX Santiago será testigo de un renacer galleguista con el Seminario de Estudios Gallegos y la Asamblea de municipios que al albor de la Segunda República se mostró favorable a la redacción de un estatuto de autonomía. La sublevación militar de 1936 acabó con esa alborada. El alcalde galleguista Ánxel Casal fue fusilado.

En 1943 la Diputación provincial elige mayoritariamente a su alcalde José del Valle Vázquez para el cargo de procurador en Cortes en la I Legislatura de las Cortes Españolas (1943-1946), representando a los Municipios de esta provincia[5] Durante la legislatura abandona ambos cargos siendo sustituido por Jorge de la Riva Barba.

El establecimiento de la autonomía en Galicia hizo de ella la capital gallega, obteniendo como consecuencia un nuevo empuje a finales del siglo XX que contrarrestó ampliamente el decrecimiento relativo de su importancia como ciudad universitaria al crearse las universidades de Vigo y La Coruña.”

Caminos de Santiago

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Todos estos caminos que se aprecian en el mapa son las rutas al Santuario del Apóstol Santiago. Sigue siendo destino de millones de peregrinos que desde toda Europa, pasando por Francia y encontrándose en España, vienen de muy lejos para visitar al Santo. Si bien ahora es fácil llegar por la moderna red de carreteras que tiene la península Ibérica, imaginemos las calamidades que en otros tiempos, cuando no existían modernas carreteras y confortables hoteles, pasaban los peregrinos. Eran verdaderas cruzadas de fe que se han trastocado en la actualidad en viajes de turismo placentero, por lo general.

Nosotros llegamos a Santiago de Compostela, porque la cuñada Silvia Gleason propuso viajar también a este destino, que se ubica en el noroeste de España, que hizo de nuestro viaje un recorrido de 2700 km. por carretera a partir de Sevilla. Pero nos cayó de perlas la sugerencia, pues ello propició viajar a Lisboa, a Oporto y después a Santiago, siguiendo los caminos que llevan al santuario, si bien no como peregrinos devotos, sí con nuestra admiración, respeto a la fe y sacrificio de los que llegan desde muy lejos con verdadera devoción.

Iniciamos nuestro recorrido visitando la impresionante Catedral.

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La catedral de Santiago es el final del viaje de los peregrinos y su monumentalidad se alza digna de tal merecimiento. Es una obra clave del románico en la que confluyen, sin embargo, numerosos estilos arquitectónicos.

La construcción de la catedral se inicia en el año 1075, bajo el reinado de Alfonso VI y promovida por el obispo Diego Peláez. Las obras se llevaron a cabo con la dirección del maestro Esteban sobre los restos de antiguos templos erigidos en devoción al santo. Fue construida con tres naves y planta de cruz latina, en una superficie de unos 8.300 metros cuadrados.

Planta de la catedral.

Planta de la catedral.

Sus múltiples ampliaciones han aunado en el edificio diversos estilos arquitectónicos (románico, gótico, barroco, plateresco y neoclásico). El Pórtico de la Gloria es su entrada principal. Fue construida por el Maestro Mateo en el 1188 y alberga dos centenares de figuras alusivas al Apocalipsis. En ella, la figura del Apóstol Santiago parece dar la bienvenida a los peregrinos, sostenido en una columna desde el parteluz. La fachada del Obradoiro de la Catedral es obra de Fernando de Casa y Novoa, y está considerada como una de las expresiones máximas del barroco español. El Altar Mayor es también de estilo barroco y, bajo el mismo, está la cripta del Apóstol Santiago.

Continuará…

Bibliografía

https://es.wikipedia.org/wiki/Santiago_de_Compostela

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