Carrera Tócate 2017

By on octubre 5, 2017

Perspectiva

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Carrera Tócate 2017

Hace ya algunos ayeres encontré el gusto y los beneficios de correr mientras exorcizaba algunos demonios, y me ponía de acuerdo con otros. Antes de ello, practiqué varios deportes con relativa regularidad pero correr, de repente,  se volvió no solo una experiencia terapéutica, sino también una excelente manera de comenzar mis mañanas, mientras cuidaba de mi salud. Como en todo en la vida, lo más difícil ha sido ser constante, y no pude sostener el ritmo de carreras que ya me había impuesto. El hábito no había echado raíces en mí, y regresé a la irregularidad en la práctica del deporte.

Luego, hace unos cinco años si la memoria no me traiciona, combinado con un cambio radical tanto en mi vida profesional como en la personal, retomé las carreras como experiencia terapéutica, y volví a obtener las recompensas y beneficios que ya sabía las acompañaría. Previo a esos días, nunca consideré participar en una carrera organizada con el afán de obtener una medalla, y de repente escuché a un amigo platicando de sus logros en una carrera a la que se había inscrito. Entonces consideré por primera ocasión participar en una carrera. Lo demás fue relativamente fácil: la distancia que recorrería debería ser lo suficientemente retadora como para que me exigiera, por lo que elegí que fueran 10 kilómetros. Adicionalmente, cuando elegí esa primera carrera, me aseguré de que mi aportación económica al inscribirme fuera para una buena causa… y lo fue: fue una carrera cuyos recursos irían al tratamiento del SIDA.

Desde ese entonces, he tratado de ser consistente y participar en carreras cuyas causas se vieran beneficiadas con mi pequeña aportación económica al inscribirme a ellas; la consistencia alude al hecho de que participar en una carrera de 10 kilómetros requiere de una preparación, y ello conlleva sacrificios como tener que levantarse por las madrugadas para recorrer los kilómetros que me permitan adquirir la suficiente resistencia para recorrer la distancia, y preparar mi cuerpo para el esfuerzo.

Cuando por primera vez supe de la carrera Tócate, hace ya cinco años, inmediatamente supe que participaría en ella: cumplía mis requisitos de distancia y, por si fuera poco, estaría aportando recursos para el tratamiento del cáncer de mama que a tantas mujeres –y no pocos hombres– ha aquejado. También, siendo brutalmente honesto, debo agregar que ese rasgo distintivo entre los hombres y las mujeres – los senos – siempre ha ejercido una fascinación en mí, tal vez debido a la influencia del producto editorial más famoso del recientemente fallecido Hugh Hefner en mis años mozos, o tal vez porque mis hormonas despertaron a edad temprana. Recuerdo perfectamente aquella ocasión en Secundaria cuando, con mis amigazos convertidos con el tiempo en hermanos el Rulis, Joe, y el Chainís, debatíamos qué era lo que más nos atraía de las mujeres. Por lo que ya escribí, ya pueden imaginarse lo que respondí. Lo que ellos dijeron –al menos lo que uno de ellos contestó, que es lo que tengo más claro en mis recuerdos– aparecerá en mis memorias, si a alguien le interesa.

Ahora, este próximo domingo 8 de octubre, participaré en una nueva edición de la Carrera Tócate, y nuevamente he intentado prepararme a conciencia, con los sacrificios que cada vez parecen mayores –mi cama se aferra a mí cada vez que abro los ojos en los días que debo salir a correr y emprende una ruda batalla con mis ganas de entrenar–, pues este evento también representa el inicio del ciclo de carreras en las cuales he decidido participar este año. Los $200 que aporté sé que servirán para que las mujeres que lo requieran puedan hacerse los estudios que les permitan tratarse a tiempo esta enfermedad.

Como cada año, las inscripciones cierran hasta el sábado previo (a las 11 del día 7 de octubre en esta ocasión), por lo que cuando estas líneas salgan al ciberespacio aún habrá oportunidad de inscribirse y participar en la caminata de 5 kilómetros, o en la carrera de 10 kilómetros -¡ahí nos vemos!– o en la magna sesión de dos horas de zumba que habrá en el Parque de las Américas desde las 7 a.m. para aquellos que deseen activarse y ayudar de otra manera.

Desde esta perspectiva, les invito a participar de la manera que deseen en esta noble y benéfica causa. Yo ya he expuesto mis motivos para apoyarlos, y estoy seguro de que ustedes tendrán razones más nobles que las mías. Como fuera, nos toca apoyar a aquellos que estén haciendo algo bueno por los demás, y la Fundación Tócate eso hace.

Ayudemos pues… ¡y nos vemos el domingo!

S. Alvarado D.

sergio.alvarado.diaz@hotmail.com

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