Adiós, beodo

By on mayo 17, 2018

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Adiós, beodo

 

¡Adiós anónimo al alcohólico!

Ahora liquidándose

en las horas del sol inexorable.

 

El iluso amanecer sabatino

sin entierro en el cielo,

ignora tu cuerpo en las calles hogareñas.

Zopilotes autoritarios aterrizan,

hurgan el triste hígado

de tu fallecimiento.

Ávidas aves viles,

pájaros con plumas de muerte,

bailan, cadavereándote.

¿Qué fuego homicida robaste a lo divino,

condenándote a los licores buitres

allende consuetudinarios?

Vienen ya los cuervos y las palomas

a ser testigos prestos;

brindan en tu honor, infatuándose.

Irónicos arrullos

y cínicos graznidos

amenizan la marcha fúnebre.

¿Cuál fogoso asesinato hurtarías,

devorándote el hígado, en castigo,

expiándote en intoxicaciones?

Ululatos etílicos se escuchan

en el día de tu deceso;

coronas de flores culpables

en tu féretro púrpura.

Las cándidas lágrimas de tu madre

adornan tu ataúd.

La inocente mañana sabatina

sin sepelio en las nubes,

olvida tu cuerpo en la casa callejera.

 

¡Adiós alcohólico al anónimo!

Ahora evaporándose

en los rayos del tiempo inquebrantable.

G. J. Camargo Gamboa. Mayo 2018.

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